Ha leído tantas locuras en la prensa que ya no le gusta dar entrevistas. Más bien insiste en que en los últimos meses ha limitado al máximo todo encuentro con la prensa. Pero en esta ocasión no le queda otra alternativa que sentarse con los periodistas y responder una a una sus preguntas. ¿La razón? En menos de una semana llega a las carteleras del mundo entero la nueva entrega de la saga Crepúsculo: Eclipse, que ha encendido una vez más la vampiromanía. Así que Robert Pattinson, que ahora cuenta con 23 años, llega vestido informalmente, con chaqueta de cuero negra, camisa roja a cuadros y pantalones vaqueros, y advierte: "Hace poco una revista publicó en la portada que yo estaba embarazado. La nota estaba escrita con un dejo de ironía. Pero les confiesa que no sabía qué pensar de eso".
"Soy terco como Edward en cierto sentido", revela. "Él es bastante petulante. Yo puedo ser bastante posesivo y obsesivo. Soy así respecto de mi privacidad". Pattinson sonríe y agrega: "También tengo ideas muy específicas acerca de cómo quiero hacer mi trabajo y cómo quiero ser percibido, a veces al grado de caer en lo ridículo", agrega. "No escucho a nadie más. No tengo a un publicista de planta... no podría resistir que alguien tratara de decirme lo que tengo que hacer". "Me gusta ser meticuloso", concluye Pattinson, "y es bastante difícil para un actor tener ese tipo de control. Eso es una cosa genial de la serie de Crepúsculo: me da mucho control." Y también mucho trabajo. Pattinson admite que entre las películas de Twilight -él pasará este año filmando las dos partes del final, The Twilight Saga: Breaking Dawn y Remember Me- ha estado demasiado agotado para disfrutar su celebridad. "He tenido tres días libres desde el 14 de enero del año pasado", precisa, "así que no he tenido mucho tiempo para concentrarme en lo demás. Y estaré filmando todo este año." Ha sido una trayectoria de locura para Pattinson, que antes de Twilight solo era conocido por haber interpretado a Cedric Diggory en Harry Potter y el cáliz de fuego, y por sus papeles en las poco vistas películas El anillo de los nibelungos y Little Ashes, en la que interpretó a Salvador Dalí. Sin embargo, desde que superó a más de tres mil actores y obtuvo el papel de Edward Cullen, cada uno de sus movimientos ha estado bajo el escrutinio de sus legiones de admiradoras, que saben que, en su tiempo libre, Pattinson compone música y toca la guitarra y el piano. Muchas también piensan, por haber leído los tabloides, que fuera del escenario le susurra cosas dulces al oído a su pareja en Crepúsculo, Kristen Stewart, pero el actor insiste que no es así. Son Edward y Bella los que están enamorados, no Robert y Kristen. "Hay que recordar que en el escenario nos están pagando para que nos enamoremos", explica. "Eso tiene muchas connotaciones." Muy bien, ¿entonces él no es de los que susurran cosas dulces al oído? El actor dice que no. "Lo más romántico que he hecho fue a los 14 años, cuando puse una flor en el casillero de una chica", recuerda Pattinson. "Pero ella pensó que había sido otro chico y ese chico dijo que efectivamente había sido él. "La vida", concluye Pattinson sonriendo, "no es como ninguna de mis películas".
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